En anteriores entradas de este blog, hemos hablado de debilidades en materia de gestión deportiva municipal tales como:
- Falta de autonomía presupuestaria.
- Rigidez del sistema presupuestario
- Escalonamiento jarárquico y limitación de las atribuciones de los cargos, que dificultan la agilidad en la toma de decisiones y en la gestión económica..
- Modalidad poco adecuada para la colaboración con otras empresas públicas o privadas.
- La administración se hace responsable de los daños y perjuicios que puedan sufrir los particulares a causa del funcionamiento normal o anormal de sus servicios.
- Oferta de servicios estructurada de forma muy básica y poco avanzada a las demandas.
Todo esto desemboca en que la mayoría de las instalaciones públicas están un tanto descuidadas, ya sea por medio de monitores que no tienen la cualificación necesaria, o por la existencia de instalaciones y materiales en mal estado, una mala situación urbana, etc. En definitiva, no puedan dar un servicio que satisfaga a los ciudadanos.
A raíz de esta situación se observa cómo el sistema de gestión por el que se rigen las instalaciones deportivas públicas está acotado y éstas tienen una difícil funcionalidad para el máximo aprovechamiento de los espacios... El modelo a adoptar, por lo tanto, debe estar en función de las características específicas de la población (entorno), instalación o sistema a gestionar, su dimensionados, su cultura organizativa, la estructura existente y de los objetivos marcados por el interés público. Así, la selección del modelo de gestión debe tomarse de forma racional, tras una profunda reflexión sobre las ventajas y los inconvenientes de cada una de las modalidades posibles, teniendo como principal objetivo conseguir el equilibrio entre las siguientes metas:
- Satisfacer las necesidades deportivas y de ocio a los ciudadanos.
- Consecución de los mejores resultados sociales posibles.
- La eficiente gestión funcional y económica del equipamiento.
Servicios y actividades deportivas a extrenalizar
Teniendo en cuenta esas metas, el sector de la gestión deportiva ha pasado a considerar como externalizables algunos servicios o actividades que se ofrecen en una instalación, con el objetivo de realizar algunas tareas o funciones por personal más especializado, y obtener la reducción del coste de dichas tareas.
Por lógica, cada vez es más frecuente que los ayuntamientos hagan uso del outsourcing, debido a la mejora social y económica que les produce. No obstante, a la hora de plantearse la externalización de algún servicio hay que tener en cuenta que sólo podrá realizarse en aquellas funciones que no sean estratégicas para la entidad, entendiendo por estratégicas aquellas que permiten diferenciarse de la competencia.
De esta forma, una vez decidida las externalización, los principales servicios que se suelen contratar a empresas privadas son: la vigilancia y la seguridad; la limpieza, los monitores, el mantenimiento y la administración de piscinas, los servicios médicos y otros mantenimientos técnicos específicos como calderas, climatización, protección contra incendios o centros de transformación. En definitiva, todos aquellos en los que por sus especiales características técnicas no se dispone de personal especializado en la plantilla de la administración pública.
Referencias:
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