En este artículo se pretenden dar unas
pautas básicas válidas para cualquier adulto sano, con el fin reordenar sus
hábitos nutricionales. Los consejos aquí vertidos no recogen las
particularidades propias de las dietas prescritas para sujetos con patologías
que recomienden de manipulación dietética.
No pretendemos hacer una enumeración
exhaustiva, más aseguramos que estos pequeños cambios en nuestra alimentación
nos darán más energía, mayor concentración, mejores digestiones, reducirá
nuestro porcentaje de grasa…en definitiva: harán mejorar nuestra salud.
PAUTAS BÁSICAS PARA
UNA ALIMENTACIÓN SANA:
Dar preferencia a
alimentos frescos, variados y preparados de la forma más sencilla posible (cocidos, al
vapor, a la plancha…).
Limitar el consumo de:
- Alcohol: el alcohol contiene 7kcal/gr. y ningún nutriente beneficioso como
vitaminas y minerales.
- Sal: en su lugar aumenta los alimentos frescos más ricos en potasio.
- Azúcar refinado o alimentos que la contengan como algunas
bebidas refrescantes, postres, helados, etc.
- Salsas: usualmente ricas en grasas e hidratos de carbono (HC) refinados.
- Precocinados y repostería industrial en general.
- Son pobres en:
- Ácidos grasos mono y poliinsaturados: reducen
los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL) que son perniciosas;
además incrementa los de las lipoproteínas de baja densidad (HDL) de
efecto contrario.
- Fibra.
- Vitaminas y minerales: componentes esenciales
para crecer, producir energía, combatir la enfermedad, reparar los
tejidos dañados y mantener un salud normal.
- Abundantes en:
- Calorías.
- Sal.
- Ácidos grasos trans o grasas insaturadas
hidrogenadas parcialmente: son grasas insaturadas tratadas que pierden
sus propiedades beneficiosas. Reducen el HDL e incrementan el LDL
- Ácidos grasos saturados que aumentan el LDL.
Ingerir del orden del 55% de HC, incluyendo de 2 a 4 raciones de frutasespecialmente cítricas y otras tantas de verduras, especialmente hortalizas verdes
(lechuga, escarola, repollo, “diente de león”, achicoria, berro, acelga,
espinaca…) y amarillas (zanahoria, calabaza…). El resto serán HC complejos
provenientes del pan, cereales y legumbres, evitando en la medida de lo posible
los azúcares simples procesados como el azúcar refinado, los postres o el
chocolate en todas sus modalidades.
La ingesta de
proteína será moderada, oscilando entre los 0.8 – 1.7 gramos por kilogramo de peso corporal al
día. A mayor actividad física más necesidad. Un exceso de proteína
aumenta las necesidades hídricas y por tanto puede producir deshidratación;
además obliga al riñón y al hígado a trabajar más y puede generar pérdida de
calcio en los huesos.
Las grasas con 9 kcl/gr. es el
nutriente que aporta más calorías a la dieta con lo queconviene moderar su consumo. Su ingesta debería encontrarse entre
el 15 y el 30% del total, limitando el consumo de alimentos ricos en grasas
saturadas y /o ácidos grasos trans a un máximo del 10%; como sencilla
recomendación se deberían sustituir las grasas duras, sólidas a temperatura
ambiente, por las blandas o líquidas a temperatura ambiente como los aceites.
Realizar 5 comidas, siendo las de mayor
aporte calórico el desayuno y la comida.
La dieta será de baja a moderada en calorías siguiendo los consejos aquí dados. A
mayor actividad y ritmo metabólico, mayores porciones.
Debe consumirse un mínimo de litro y
medio de agua, excluyendo el
líquido ingerido por el alcohol o bebidas con cafeína, puesto que actúan como
diuréticos. Su necesidad de consumo aumenta con la actividad física debiendo
ingerir agua antes, durante y después del ejercicio. La cantidad variará en
función de factores como la duración e intensidad del ejercicio o las
características y condiciones físicas del sujeto. También debemos ingerir más
si aumenta la temperatura ambiental, la sudoración y la carga de solutos
o parte sólida de los alimentos.
Los alimentos deben
masticarse suficientemente. Esto es necesario por varias razones:
1. Aparte por el olfato,
es en la boca donde se analizan la naturaleza de los alimentos para producir y
liberar las enzimas digestivas adecuadas.
2. Al masticar lo
suficiente las glándulas salivares producen ptialina que colabora en la
descomposición de grandes partículas de HC en otras más pequeñas.
3. El trabajo mecánico
producido en la boca, reducirá el tamaño de los alimentos ingeridos,
facilitando el trabajo de los fluidos digestivos.
Se debe ingerir la fibra alimentaria necesaria. Se asume que el consumo medio
estaría en torno a los 14gr/1000kcal ingeridas al día, con una proporción de
3:1 fibra insoluble/soluble. Son ricos en fibra soluble: la avena, la cebada,
las legumbres, la manzana y los cítricos (limón, naranja, mandarina…); en fibra
insoluble: el salvado de trigo, el pan y los cereales integrales. Los cereales
y los frutos secos son más ricos en fibra que la fruta y las verduras, debido a
su alto contenido en agua.
Por último decir, que si bien muchos de
estas recomendaciones vertidas forman parte del saber popular, no es menos
cierto que se incumplen sistemáticamente, por lo tanto recomendamos tomar
acción desde hoy mismo implantando en vuestro plan nutricional al menos un
punto de los expuestos hasta que su cumplimiento sea pura rutina, momento en el
cual se irán añadiendo otros de forma paulatina.
¡PONTE EN ACCIÓN TU SALUD TE LO AGRADECERÁ!
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