Actualmente en nuestro país la obesidad infantil alcanza un 19%, lo
que convierte a esta grave enfermedad en una inminente epidemia. El
sedentarismo provocado por la era cibernética donde los niños ya no salen a jugar a la calle, y los malos hábitos alimentarios son las causas principales de la
obesidad y del sobrepeso en nuestros niños. La obesidad se produce por un desbalance
energético donde las calorías consumidas superan el gasto, depositándose como
grasa en el organismo.
Nuestro país aún no toma conciencia de la gravedad de esta enfermedad y sus consecuencias, y por ende no se valora y se subestima el trabajo de los profesionales en nutrición y actividad física y deporte. No olvidemos que somos lo que comemos y todo lo que ingresamos a nuestro organismo está condicionando nuestra longevidad. Bajo estos kilos extras se desarrollan múltiples enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial, colesterol alto, algunos tipos de cáncer y hasta graves problemas traumatológicos. No sólo enfermedades físicas afectan a los niños obesos sino también psicológicas, que pueden mostrarse en forma de baja autoestima, bajo rendimiento escolar y depresión. Un niño obeso tiene 10 veces más probabilidades de ser un adulto obeso, con patologías crónicas no transmisibles y una mala calidad de vida por delante, lo que conlleva a un aumento en los gastos de tratamiento y asistencia médica para España.
Las estrategias más adecuadas para combatir la obesidad y sus enfermedades asociadas, son la promoción de hábitos nutricionales saludables basados en una alimentación balanceada en nutrientes y calorías, restringiendo los alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares simples y bebidas gaseosas azucaradas, y el fomento de estilos de vida saludables cimentados en la actividad física continua.
Debemos tener en cuenta que es en la familia y en el hogar donde se obtienen los hábitos de alimentación, esto implica promover un cambio en la mentalidad de los padres y familiares de niños obesos, para que no sólo les hagan cumplir sus restricciones sino más bien que los apoyen y les den el ejemplo con sus propios estilos de vida saludables.
Todo esto se lo cuentas a las miles de familias que se ven obligadas a dar a sus hijos una bolsa de ganchitos para la cena que al menos eso engaña el estómago. Te sugeriría darte una vuelta por todos esos hogares a ver con que cara les cuentas lo de la alimentación balanceada. Desnutrición con los problemas asociados y para colmo obesidad con los suyos.
ResponderEliminarObviamente eso que dices es un problema, pero si miramos todo desde la óptica que comentas, empezando por todas las personas que mueren a diario en países subdesarrollados por desnutrición, huelga hablar de cualquier tipo de cuestión relacionada con la salud, ya sea a nivel de alimentación, de sanidad o de cualquier otro tema.
ResponderEliminarLo cierto, es que en la actualidad, cada vez son más las familias que sin tener problemas económicos, dan una pésima educación alimenticia a sus hijos, con los problemas que ello conlleva.
Creo que lo que comentas es otro debate que habría que tratar en un foro diferente a este (por ejemplo de carácter político), donde sólo pretendemos ayudar a las personas a conseguir un estado de vida lo más saludable posible. No obstante, gracias por tu aportación.